conflicto padres y escuela

No existe un manual de normas y comportamientos adecuados para ser un padre o una madre perfectos. Básicamente porque dicha figura no existe. La familia debe adaptarse a su hijo, ser exigente pero sin perder el afecto y el cariño. Ésta es una fórmula de balanceo constante que puede estar descompensada por ciertos errores comunes que a veces cometemos. ¡Pero que se pueden evitar! Veamos a qué nos referimos.

No negaremos que la sociedad está en constante cambio. Quizás la que hace unas generaciones sería una figura paterna o materna ejemplar, hoy no sabría como gestionar la llegada de las redes sociales, los videojuegos o las clases online. Y a la inversa, aquellos padres y madres actualizados en las rutinas de la generación Z no compartirían las metodologías tradicionales de aquellos profesores que formaron a nuestros abuelos.

Siempre deberemos, por supuesto, vigilar pilares como el respeto, las muestras de cariño o indicadores como las notas para saber si algo va mal. Pero existen muchos detalles que a veces pasamos por alto que también son importantes y que nos pueden conducir, poco a poco, a desgastar la educación de nuestros hijos e hijas.

Allá van algunos consejos:

1. No eres su maestro ni debes querer serlo

Debes entender tu papel. Por supuesto, le enseñarás valores, educación… pero en cuanto a materiales de currículo académico se refiere, no debes interferir en la tarea de los profesionales de la enseñanza. Por varias razones. Para empezar, si los contradices los estás desautorizando y dando el pistoletazo de salida para que tu hijo o hija pueda no tomárselos en serio. Además, tu hijo debe ser cada vez más independiente y tener la autonomía para equivocarse, sin tener a su padre o a su madre encima para corregirle los deberes. Muchos estudios demuestran que las personas interiorizamos mejor los conocimientos cuando nos equivocamos y asimilamos correctamente la respuesta mediante una explicación de por qué aquello que creíamos cierto no lo era.

2. ¡No pasemos al otro bando tampoco!

No estar encima de nuestro hijo o hija no significa que pases de repente a no interesarte absolutamente por ninguno de sus asuntos escolares. Debes encontrar un punto medio. Estar al tanto de qué ocurre en la escuela es fundamental para poder ayudar al niño y que no sienta cierto rechazo o abandono. Así podremos ver su crecimiento desde una perspectiva prudente al mismo tiempo que cercana. Saber qué excursiones se acercan y preguntarle si le gusta la actividad, acudir a las reuniones con profesores para conocer sus progresos, presenciar los partidos en extraescolares. ¡Eso debes hacerlo!

3. ¿Le das un refuerzo positivo?

Los niños y niñas necesitan oír, de vez en cuando, si lo que están haciendo está bien. Con un simple comentario podemos subir su autoestima y darles esa dosis de confianza que necesitan. Sin caer en que se vuelvan demasiado narcisistas, como siempre, todo es un balanceo constante. Y es que será un despropósito intentar que nuestro hijo sea un Einstein, demandándole demasiado y exigiéndole cosas que ni si quiera están a su alcance.

Tal y como apunta este artículo, querer Einsteins en la familia es:

"Un rasgo muy habitual […] es el afán de sobreestimular a los niños, desde bebés, para que desarrollen rápidamente sus capacidades, y eso se traduce en llenar la cuna de artilugios, en un abuso de los juegos didácticos, en querer que sepan leer y escribir con cuatro años […] para descubrir y potenciar su talento”.

Todo este sobreesfuerzo provoca una sobreestimulación que, lejos de lograr una evolución más rápida, suele tener efectos contraproducentes en forma de problemas de atención, de falta de concentración o de hiperactividad.

4. No premies sus notas, sino su esfuerzo

A veces, según cual sea el carácter de tu hijo o hija, valorar solo sus notas puede resultar contraproducente. Pueden obsesionarse con los resultados académicos y olvidarse del placer que comporta el hecho de aprender cosas nuevas. Puede que no sea tan oportuno hacerle un regalo por las notas que obtenga como premiarle el esfuerzo que ha hecho a lo largo de un trimestre.

Esperamos que te haya resultado útil este artículo. Si es así, te recordamos que en nuestro blog encontrarás numerosos textos relacionados con el mundo de la educación y actualidad del sector.

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