
En Nueva Zelanda, una de las reformas educativas más interesantes del mundo se está poniendo en marcha silenciosamente. Erica Stanford, la nueva Ministra de Educación del país, tiene la misión de reformar el sistema educativo de arriba a abajo. En solo unos pocos meses, ha anunciado un conjunto de reformas que prometen remodelar fundamentalmente la forma en que se enseña a los niños de Nueva Zelanda.
En el centro de la agenda de Stanford está el retorno a planes de estudio ricos en conocimiento y a la instrucción explícita en habilidades fundamentales. Es una ruptura decisiva con el enfoque centrado en el niño y basado en competencias que ha dominado las aulas de Nueva Zelanda durante décadas.
Puntos clave del nuevo sistema
- Las escuelas primarias deberán dedicar un promedio de una hora diaria a la lectura, la escritura y las matemáticas.
- Los teléfonos móviles estarán prohibidos durante el horario escolar para minimizar las distracciones.
- Las escuelas evaluarán el progreso de los estudiantes en las materias básicas dos veces al año e informarán de los resultados a los padres.
- Todas las escuelas de primaria utilizarán un enfoque de "alfabetización estructurada" para enseñar lectura. La alfabetización estructurada enseña sistemáticamente y explícitamente a los niños los componentes clave de la lectura, incluida la fonética, la fluidez, el vocabulario y la comprensión.
Ayer y mañana
Durante años, el enfoque predominante se ha basado en la teoría del “lenguaje completo”, que supone que los niños aprenden a leer de forma natural a través de la exposición a los libros. La fonética y otras habilidades fundamentales a menudo han pasado a un segundo plano. Y los resultados han sido desastrosos. Las tasas de alfabetización de Nueva Zelanda han disminuido constantemente durante las últimas décadas. En evaluaciones internacionales como PIRLS, el país ahora se ubica muy por debajo de otras naciones avanzadas.
Eso sí, las escuelas recibirán amplia capacitación y apoyo para implementar la alfabetización estructurada en el aula. Los maestros aprenderán la ciencia de la lectura y cómo utilizar técnicas de instrucción directa.
Importancia del conocimiento
Una gran cantidad de investigaciones muestran que el conocimiento es la clave para la comprensión lectora, el pensamiento crítico y el éxito académico. Los estudiantes necesitan una amplia base de conocimientos previos para interactuar con textos e ideas complejos.
Las consecuencias son particularmente graves para los estudiantes desfavorecidos, que tienen menos probabilidades de adquirir conocimientos académicos o alfabetización en casa.
El objetivo de Stanford es garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus antecedentes, tengan acceso a los hechos, ideas y conceptos clave que sustentan cada materia.
Se ha demostrado consistentemente que la instrucción explícita, la práctica regular y una base sólida de conocimientos previos son esenciales para el aprendizaje. Los estudiantes no adquieren habilidades como el pensamiento crítico en el vacío; necesitan una rica base de conocimientos, de contenidos, a la que recurrir.