Foto de Howard Gardner

Las inteligencias múltiples son el reconocimiento de la diversidad de habilidades y capacidades. La teoría de las inteligencias múltiples fue propuesta por primera vez por Howard Gardner en su libro Frames of Mind en 1983.

Gardner señala que no existe una inteligencia única en el ser humano, sino una diversidad de inteligencias que marcan las potencialidades y los acentos significativos de cada individuo, que son trazados por sus fortalezas y debilidades en toda una serie de escenarios de expansión de la inteligencia.

Tradicionalmente, se creía que la inteligencia estaba predeterminada y era fija, que a pesar de los esfuerzos realizados, uno no era capaz de hacer aumentar su inteligencia. La gente aceptaba que ésta era invariable: si uno poseía sólo una pequeña cantidad de inteligencia, no había mucho que pudiera hacer para cambiarla. Incluso había tests que podían determinar el nivel de inteligencia de una persona basándose en sus respuestas a lo que se consideraba preguntas estándar.

Howard Gardner volvió a la definición original de inteligencia y reflexionó sobre las habilidades y capacidades necesarias para resolver problemas dentro de una cultura. Basándose en los conocimientos actuales sobre el mundo, el cerebro y las comunidades, reformuló el concepto de inteligencia.

¿Qué habilidades se desean y de qué son capaces los seres humanos?

Gardner se dio cuenta de que la inteligencia no podía limitarse a una sola categoría, sino que podía clasificarse en ocho áreas distintas. Gardner argumentó que las personas poseemos las ocho áreas, pero que cada individuo es fuerte en algunas de ellas.

Ocho tipos de inteligencia múltiple

Gardner definió la inteligencia como:

  • La capacidad de encontrar soluciones a los problemas de la vida.
  • La capacidad de adquirir nuevos conocimientos para comprender un tema.
  • Un conjunto de habilidades útiles para la comunidad, ya sea un producto o un servicio.

Las inteligencias múltiples no son algo que se pueda ver o contar: son potenciales que se activan o no en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada individuo o su familia, sus enseñantes y otras personas que se mueven en su círculo habitual.

Hasta la fecha, Gardner y su equipo de la Universidad de Harvard han identificado ocho tipos distintos de inteligencia:

  • Lingüístico-Verbal: El dominio del lenguaje.
  • Lógico-Matemática: La capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas entre las acciones o los símbolos.
  • Visual-Espacial: La capacidad de observar, reconocer el mundo y los objetos y hacerse una idea de sus características desde diferentes perspectivas.
  • Musical-Auditiva: La capacidad para reconocer los caracteres del sonido.
  • Corporal-Kinestésica: La capacidad para coordinar movimientos corporales.
  • Interpersonal: la capacidad de empatía y de entender la elección de las amistades, parejas...
  • Intrapersonal: La habilidad de conocerse a uno mismo, sentimientos, pensamientos...
  • Naturalista: Es la que permite detectar, diferenciar y categorizar los aspectos vinculados al entorno. Como las especies animales y vegetales o fenómenos relacionados con el clima, la geografía o los fenómenos de la naturaleza.Cerebro humano con áreas de inteligencias

Implicaciones para el aprendizaje

Las implicaciones educativas más importantes de la teoría de las inteligencias múltiples pueden resumirse en la individualización y la pluralización. La individualización postula que, dado que cada persona es diferente a otra, no hay ninguna razón lógica para enseñar y evaluar a los alumnos de forma idéntica.

Presentar una variedad de actividades y enfoques de aprendizaje estimula a todos los estudiantes y les anima a ser capaces de pensar en los temas planteados a partir de diferentes perspectivas, lo que les ayuda a profundizar en su conocimiento de ese tema.

La teoría de las inteligencias múltiples afirma que todo el mundo posee las ocho áreas de inteligencia, pero en diferentes grados de competencia y que el estilo de aprendizaje de un individuo no está relacionado con las áreas en las que sea más inteligente.

Por ejemplo, una persona con inteligencia lingüística no tiene por qué aprender mejor a través de la escritura y la lectura. Clasificar a los alumnos sólo por sus estilos de aprendizaje o sus áreas de inteligencias predominantes puede limitar su potencial de aprendizaje.

Las investigaciones demuestran que los alumnos están más comprometidos y aprenden mejor cuando se les ofrecen varias formas de demostrar sus conocimientos y habilidades, lo que también ayuda a los profesores a evaluar con mayor precisión el proceso de aprendizaje de los alumnos.

La hipótesis de Gardner ha sido aceptada y adoptada por muchas escuelas en donde por lo general es utilizada para sustentar el debate sobre los estilos y métodos de aprendizaje.

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