Home que acaricia un cavall

El bullying o acoso escolar es un comportamiento repetitivo y negativo dirigido hacia una persona o grupo de personas.

Puede manifestarse de diversas formas, como el acoso verbal, la exclusión social, la intimidación física o el ciberacoso. El objetivo del bullying es ejercer poder y control sobre la víctima, causándole angustia y sufrimiento.

Es, por lo tanto, un acto deliberado de dañar, intimidar o acosar a otros, a menudo basado en factores como la apariencia, el género, la orientación sexual, la diferencia en características personales o la percepción de poder.

¿Quienes están implicados en el bullying?

Los agentes implicados en el bullying son:

Las personas que perpetran el bullying (agresores o agresoras)

Las personas objeto del acoso (víctimas)

Quienes presencian el acoso (testigos)

Los docentes y la familia

Las investigaciones muestran que tanto hombres como mujeres pueden tener un papel activo en el bullying. Los estudios estadísticos sugieren que los hombres tienden a recurrir más a la intimidación física o verbal directa, mientras que las mujeres utilizan formas más indirectas de acoso, como la exclusión social o la difamación.

¿Es la intimidación un comportamiento exclusivo de los seres humanos?

En realidad, no. La agresión puede también observarse en el reino animal, a menudo relacionada con la competencia por obtener recursos, por mantener la jerarquía social o por la supervivencia. Por ejemplo, en el mundo animal es común observar comportamientos de dominancia, como el acicalamiento social en primates, la lucha por el liderazgo en manadas de lobos o la competencia entre machos por el acceso a hembras en muchas especies.

Estos comportamientos pueden ser agresivos, pero generalmente se relacionan con la supervivencia y la reproducción más que con la intención de causar daño deliberadamente. No son, por lo tanto, motivados por prejuicios como sucede en el bullying humano.

¿Es el bullying únicamente causado por prejuicios?

No exclusivamente. En muchas ocasiones los factores determinantes son la inseguridad, la frustración, el estrés o el enfado. Tanto de la víctima como del agresor. De manera que en ocasiones evidenciamos cambios de roles en cadena, donde la víctima se transforma en agresor cuando el contexto es distinto.

Un ejemplo de ello sería el adolescente víctima de bullying en el colegio que después agrede verbal o emocionalmente a sus familiares en casa.

Abordar el bullying requiere, por lo tanto, de un enfoque integral que implica distintos agentes: familiares, docentes, psicólogos, terapeutas… que deben realizar un buen diagnóstico y trabajar conjuntamente en la aplicación de soluciones acordadas, tanto para las víctimas como para los agresores.

¿Pueden las terapias con caballos formar parte de ese enfoque global?

Sin duda. Las sesiones bien dirigidas con caballos y realizadas con regularidad pueden representar un antes y un después en la vida de muchas personas.

Esta forma de terapia ha demostrado ser beneficiosa tanto para las víctimas de bullying como para las personas agresoras y su entorno, brindando una serie de ventajas terapéuticas únicas:

Aprender a poner límites: Uno de los aspectos fundamentales a la hora de relacionarnos con caballos es la necesidad imperante de reclamar nuestro espacio y poner límites sanos. Los caballos son animales muy grandes, debemos por lo tanto educarlos a respetarnos, de lo contrario podemos sufrir accidentes graves.

Aumento de la autoestima: La interacción con caballos puede ayudar a las víctimas a desarrollar una mayor confianza en sí mismas a medida que establecen vínculos y relaciones positivas con los caballos.

Desarrollo de las habilidades sociales: Trabajar con caballos requiere comunicación no verbal, paciencia y empatía. Estas habilidades pueden transferirse a las interacciones humanas y pueden ayudar a las víctimas a construir relaciones más saludables.

 

home que interactua amb cavalls

 

Reducción del estrés y la ansiedad: La presencia de caballos y la conexión emocional con ellos pueden ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad, problemas comunes entre las víctimas de bullying.

Desarrollo de la empatía: Trabajar con caballos puede ayudar a los agresores a desarrollar empatía al comprender las necesidades y emociones de los caballos. Esta habilidad puede transferirse a las relaciones humanas, fomentando un comportamiento más compasivo.

Control de la impulsividad: Trabajar con caballos requiere paciencia y autocontrol, lo que puede ayudar a los agresores a aprender a manejar sus impulsos y emociones de manera más efectiva.

Afianzamiento de la responsabilidad y toma de decisiones: Cuidar y trabajar con caballos implica responsabilidad y la necesidad de tomar decisiones cuidadosas. Esto puede enseñar a los agresores la importancia de asumir la responsabilidad de sus acciones y puede impulsarlos a tomar decisiones positivas.

El contacto con la naturaleza y los animales nos permite reencontrarnos con nosotros mismos y reconectar con nuestra esencia. Es un camino de sanación personal y social. Las sesiones dirigidas con caballos ayudan a menores y mayores a gestionar mejor sus emociones, creando un marco más apropiado para procurar evitar al máximo las situaciones de bullying en nuestra sociedad.

Gerard, de Cavalls de calma, nos lo explica en este video.

También puedes encontrar Cavalls de calma en Instagram.

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