vuelta al cole

El deseo de que el regreso a las escuelas sea presencial es el nexo común de los ministerios de educación de alrededor del planeta. Sin embargo, septiembre está a la vuelta de la esquina y las medidas tomadas por cada uno de sus dirigentes están siendo, cuanto menos, dispares. Cómo se inicie el curso va a depender del contexto epidemiológico de cada lugar, pero algunos de los protocolos ya empiezan a vislumbrarse con claridad. ¿Quieres conocerlos?

En todo el planeta, las autoridades sanitarias se enfrentan al mismo reto: organizar la vuelta al colegio con la mayor normalidad posible tras un final de curso 2020 dramático por culpa del confinamiento del COVID-19. Horarios diferenciados, ratios más bajas para promover el distanciamiento necesario, medidas de protección, etc. El Gobierno de España ha argumentado recientemente en las ruedas de prensa que se está trabajando duramente para adaptarse a la situación con eficacia. Paralelamente, otros países del mundo han empezado a trazar también sus líneas de actuación. ¡Vamos a hacer un breve recorrido por algunos de ellos!

La vuelta al cole en Italia

Como todos sabemos, uno de los países europeos que antes fue sacudido por la epidemia del Coronavirus fue Italia. El primer ministro Conte asume la responsabilidad de la inauguración del año escolar, la cual será el 14 de septiembre.

Los expertos afrontan la situación con optimismo, ya que, según ellos: “no se puede comparar en absoluto con la primera gran ola de coronavirus”.

Conte se reunió con un equipo especializado con el fin de supervisar las medidas exhaustivamente. Dicho equipo estuvo compuesto por los ministros de Educación, Transportes, Sanidad, Regiones, Protección Civil y comisario para la escuela. Finalmente, sentenció que no existía “ningún temor de que la escuela no pueda volver a abrir”.

Cada alumno tendrá un pupitre individual con ruedas que contará con un metro de distancia con respecto a su compañero que, como él, deberá llevar obligatoriamente una mascarilla, siempre y cuando sea mayor de seis años. El primer ministro también aseguró que se distribuirán 170.000 litros de gel desinfectante por semana.

El comité científico también consideró oportuno que se midiera la temperatura de los alumnos, pero en casa. Es por ello que pide la colaboración de las familias en este terreno.

La vuelta al cole en Alemania

Alemania, uno de los países más grandes de Europa, ya ha iniciado sus clases y presenta diferencias entre las directrices de sus distintos estados: es un país federal que ha combatido la pandemia desde cada land. Por ejemplo, en Renania del Norte-Westfalia se ha optado por la obligatoriedad de la mascarilla incluso en las horas de clase. Este hecho llama la atención cuando se compara con el resto de Estados del país, en los cuales no es obligatoria la mascarilla en las horas de clase.

De este modo, está previsto que, a medida que se abran las escuelas germánicas, se forme una situación que incluya la existencia de protocolos heterogéneos, marcada por la evolución de la enfermedad en cada estado. Esto se debe a la existencia de un claro contraste de contagios en diversas localizaciones del país presidido por Merkel: por ejemplo, Renania del Norte-Westfalia presenta unas cifras que superan los 52.000 casos desde que comenzó la pandemia. Pero, por otro lado, en Mecklemburgo Pomerania-Occidental se han contabilizado apenas 940 casos en total.

Sin embargo, en la capital berlinesa, las familias han pedido en los recientes días previos de la vuelta al cole que sea obligatorio llevar mascarilla en clase y que se pongan a disposición de menores y profesores más tests para detectar la infección.

La vuelta al cole en los Países Nórdicos

Los países del norte de Europa son mundialmente conocidos por sus prestigiosos y eficientes sistemas educativos. ¿Quién no ha oído hablar del revolucionario método educacional finlandés? Vamos a repasar cómo está la situación en dichos países.

En Noruega, se ha instaurado un sistema curioso inspirado en el funcionamiento de un semáforo. Las escuelas noruegas pueden estar en luz verde, caso por el cual se les permitirá desarrollar su actividad con normalidad. La luz amarilla implica tomar medidas de distanciamiento social y de higiene, mientras que con la luz roja se reduce el número de estudiantes por clase y se pueden tomar decisiones individuales sobre horarios.

Dinamarca fue el primer país de la Unión Europea en cerrar sus escuelas. Al reabrirlas, se llevaron a cabo múltiples restricciones progresivas, como dividir las clases en grupos pequeños y apostar por espacios exteriores. Dada una bajada en contagios, los centros escolares daneses empezaron a reabrir con directrices más laxas.

En Finlandia, el curso ya ha comenzado de forma gradual pero lamentablemente ha coincidido con un leve repunte de contagios que hace tambalear el inicio del curso por el temor de una segunda ola de la pandemia. Como respuesta, el Ministerio de Educación ha recomendado medidas similares a las adoptadas al final del curso pasado, dando libertad a los centros para aplicarlas según su criterio. Sin embargo, el objetivo del país con uno de los sistemas educativos más envidiados está claro: garantizar la educación presencial.

Suecia apuesta por una estrategia más suave, hecho que ha generado una importante polémica, dado que sus índices de mortalidad son superiores al resto de sus países vecinos. Anders Tegnell, uno de sus epidemiólogos más reputados, sostiene que los niños se contagian con una frecuencia menor que sus adultos y, en consecuencia, “imponer la mascarilla en un ambiente con menor transmisión sería raro". No obstante, se impondrán horarios de entradas y salidas marcados para evitar aglomeraciones.

Más allá de Europa

Quizás puede interesarte, aunque estén lejos de ti, cómo están controlando la epidemia algunos de los estados más poderosos, a nivel extraeuropeo.

Por ejemplo, Pekín, la cuna del Coronavirus, parece tener las riendas del asunto bajo control. ¿Recuerdas lo que hemos mencionado del mecanismo del semáforo de Noruega? Algo parecido sucede en la capital china pero, en este caso, los colores no se aplican a las escuelas, sino a las personas. Los estudiantes y el profesorado deben demostrar su estado de salud antes del inicio del curso mediante un código de color verde generado digitalmente.

Así como en otros estados europeos, está prevista una vuelta escalonada por cursos y con diferentes horarios de entradas y salidas para evitar aglomeraciones; así como se mantendrán medidas de seguridad como las distancias, las mascarillas o el control diario de temperatura. Además, Pekín asegura que alternará la educación presencial con la virtual.

En Estados Unidos, probablemente el país con la situación más dramática del planeta, arrancará el curso escolar el 10 de septiembre. Nueva York, que tiene uno de los porcentajes de contagio más bajos de Estados Unidos, será el único estado que tiene previsto ofrecer clases presenciales. Paralelamente, se debate sobre el futuro del resto de estados mientras una incertidumbre agónica reina entre las familias y el futuro de sus hijos dentro de un país inmenso en el que la sanidad pública está privatizada. Quizás sea esa una de las razones por las que un 30% de la población ha preferido en las encuestas que sus hijos empiezan el curso en casa, antes que una educación mixta de clases presenciales y online. A todo esto, Trump insiste en reabrir las escuelas porque el coronavirus “desaparecerá”, ya que, según el presidente, “algunos médicos dicen que los niños son totalmente inmunes”.

Una cosa está clara: esta epidemia ha sacudido todos y cada uno de los sistemas educativos de todo el planeta. Aunque la situación es dramática, está en nuestras manos poner nuestro granito de arena. ¿Cómo? Siendo responsables y estando comprometidos con las directrices de los expertos epidemiólogos. ¡Os deseamos toda la suerte del mundo para afrontar esta nueva realidad educativa que está por venir!

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